‘¡Basta la violencia contra las mujeres!’
Ya es de conocimiento general que en Afganistán las mujeres son discriminadas. Pero en un país como la India se podría esperar otra cosa. Se podria suponer que el crecimiento económico y una visión abierta al mundo, provocaría cambios culturales que resulten en una visión más igualitaria hacia las mujeres. ‘Nada de eso’, dice Mona Mehta.
Alma De Walsche, traduccion por Corneel Milh . 1 Septiembre 2008
Mariam estaba acostada en un banco… Se acordaba que un día Nana había dicho que cada copo de nieve era un suspiro de una mujer agraviada en algún lugar del mundo. Todos esos suspiros subían, se transformaban en nubes y se quebraban en pequeñas partes, las cuales iban cayendo suavemente sobre la gente. ‘Es para recordarte cómo las mujeres como nosotras sufren’, decía ella. ‘Cómo soportamos todo lo que nos toca.’ (Mil soles espléndidos, Khaled Hosseini).
Ya es de conocimiento general que en Afganistán las mujeres son discriminadas. Pero en un país como la India se podría esperar otra cosa. Se podria suponer que el crecimiento económico y una visión abierta al mundo, provocaría cambios culturales que resulten en una visión más igualitaria hacia las mujeres. ‘Nada de eso’, dice Mona Mehta. ‘No es porque hay más chicas en las universidades que vayan a abortar menos embriones femeninos. Las nuevas tecnologías facilitan la determinación anterior y la extirpación de embriones.’ Mehta, de nacionalidad india, coordina desde Delhi la campaña de la ONG Oxfam International sobre la violencia contra las mujeres y en particular sobre las llamadas missing women – las mujeres que “ya no están”.
El economista y ganador del Premio Nobel indio, Amartya Sen, era el primero en llamar la atención sobre el fenómeno de las missing women en base de una investigación sobre las estadísticas de mujeres. En esa investigación Sen comprobó cómo las estadísticas de nacimientos de niños y niñas en varias regiones del mundo se relacionan con estadísticas posteriores, poniendo todo eso en convergencia con el acceso a la seguridad social, alimentación y educación. El resultado más notable de la investigación de Sen es la constatación de una “falta” de cincuenta millones de mujeres en Asia del Sur. Se trata de mujeres que estarían vivas si hubiesen tenido acceso a una seguridad social y alimentación suficiente. O si no hubiesen sido víctimas de violencia social o familial, o de un aborto de embriones femeninos.
Porque hasta ahora no se cambió nada con respecto a esa realidad, Oxfam lanzó una campaña regional en el sur de Asia bajo pretexto de We can (end all violence against women). La campaña empezó en el 2005 y seguirá hasta el 2011 en Afganistán, Pakistán, la India, Nepal y Sri Lanka. Mehta: ‘Tanta injusticia contra las mujeres meramente está posible por algunos conceptos y estereotipos arraigados en la cultura que sólo pueden cambiar por medio de educación y amplia sensibilización.’ Oxfam basa su campaña en los llamados change makers: hombres y mujeres que, equipados con películas, dibujos, juegos informativos y otros materiales creativos, hablan sobre los papeles sociales y los clichés. La intención es para el 2011 movilizar cincuenta millones de personas que quieren tratar las cosas de una manera diferente.
Más información sobre la campaña We Can se encuentra en www.wecanendvaw.org
Ya es de conocimiento general que en Afganistán las mujeres son discriminadas. Pero en un país como la India se podría esperar otra cosa. Se podria suponer que el crecimiento económico y una visión abierta al mundo, provocaría cambios culturales que resulten en una visión más igualitaria hacia las mujeres. ‘Nada de eso’, dice Mona Mehta. ‘No es porque hay más chicas en las universidades que vayan a abortar menos embriones femeninos. Las nuevas tecnologías facilitan la determinación anterior y la extirpación de embriones.’ Mehta, de nacionalidad india, coordina desde Delhi la campaña de la ONG Oxfam International sobre la violencia contra las mujeres y en particular sobre las llamadas missing women – las mujeres que “ya no están”.
El economista y ganador del Premio Nobel indio, Amartya Sen, era el primero en llamar la atención sobre el fenómeno de las missing women en base de una investigación sobre las estadísticas de mujeres. En esa investigación Sen comprobó cómo las estadísticas de nacimientos de niños y niñas en varias regiones del mundo se relacionan con estadísticas posteriores, poniendo todo eso en convergencia con el acceso a la seguridad social, alimentación y educación. El resultado más notable de la investigación de Sen es la constatación de una “falta” de cincuenta millones de mujeres en Asia del Sur. Se trata de mujeres que estarían vivas si hubiesen tenido acceso a una seguridad social y alimentación suficiente. O si no hubiesen sido víctimas de violencia social o familial, o de un aborto de embriones femeninos.
Porque hasta ahora no se cambió nada con respecto a esa realidad, Oxfam lanzó una campaña regional en el sur de Asia bajo pretexto de We can (end all violence against women). La campaña empezó en el 2005 y seguirá hasta el 2011 en Afganistán, Pakistán, la India, Nepal y Sri Lanka. Mehta: ‘Tanta injusticia contra las mujeres meramente está posible por algunos conceptos y estereotipos arraigados en la cultura que sólo pueden cambiar por medio de educación y amplia sensibilización.’ Oxfam basa su campaña en los llamados change makers: hombres y mujeres que, equipados con películas, dibujos, juegos informativos y otros materiales creativos, hablan sobre los papeles sociales y los clichés. La intención es para el 2011 movilizar cincuenta millones de personas que quieren tratar las cosas de una manera diferente.
Más información sobre la campaña We Can se encuentra en www.wecanendvaw.org
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